miércoles, 11 de octubre de 2023

La Seguridad de la Salvación en Jesús: Más Valiosa que Todas las Riquezas

Permítanme compartir con ustedes una historia que nos ilustra la importancia de la seguridad de la salvación en Jesús. Hace muchos años, vivió un hombre que poseía poder, riquezas, y una abundancia de bienes materiales. Era admirado por muchos en su comunidad debido a su éxito en el mundo. Sin embargo, a pesar de toda su prosperidad, este hombre no tenía paz en su corazón. Siempre había una sombra de incertidumbre que oscurecía su vida.

Este hombre rico se acercó a Jesús y le preguntó: "Maestro, ¿qué bien debo hacer para obtener la vida eterna?" (Mateo 19:16). Jesús le respondió: "Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven y sígueme" (Mateo 19:21). Pero el hombre rico se entristeció porque tenía muchas posesiones y no estaba dispuesto a renunciar a ellas. A pesar de su riqueza, carecía de la seguridad de la salvación en Jesús.

Esta historia ilustra la verdad fundamental de que todo el dinero del mundo no puede comprar la vida eterna. La verdadera seguridad de la salvación se encuentra solo en Jesús. Como está escrito en Hechos 4:12, "Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos".

A menudo, nos encontramos persiguiendo la riqueza y los bienes materiales en este mundo, creyendo que nos darán seguridad y felicidad. Pero la realidad es que solo Jesús puede llenar el vacío en nuestros corazones y ofrecernos la seguridad de la salvación. En Juan 14:6, Jesús nos dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí". Solo al aceptar a Jesús como nuestro Salvador y seguir sus enseñanzas podemos experimentar la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7) y la seguridad de la salvación.

La salvación en Jesús es un regalo gratuito, ofrecido a todos aquellos que creen en Él. Efesios 2:8-9 nos recuerda: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". No importa cuánto poder o riqueza tengamos en este mundo; solo Jesús puede otorgarnos la seguridad de la salvación y la vida eterna.

En conclusión, recordemos que la verdadera riqueza y seguridad se encuentran en Jesús. No permitamos que las posesiones terrenales nublen nuestra visión de la eternidad. Aceptemos a Jesús como nuestro Salvador, sigámoslo con fe y vivamos con la certeza de que tenemos la vida eterna en Él. En las palabras de Filipenses 3:8, "Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo". Amén.

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